"En la belleza no hay posibilidad de vacío, al menos no en el sentido de hiato ontológico. Si el vacío encuentra su ser en la distensión de la materia - a nivel cosmológico - y en la posibilidad de la nada - a nivel metafísico -, entonces, en la belleza, no hay lugar para él, pues en ella todo es ser y todo lumbre del ser para consigo misma. Ahora bien, siendo en la belleza la univocidad misma del Ser, entonces sólo sería pensable un vacío exógeno, es decir, un vacío al modo de circularidad de lo remanente del ente mismo, al modo de una especie de cerco entitativo que es exclusión metafísica y ontológica de todo lo que no es Ella misma, de todo lo que no sea su lleno de ser, su perfección, su impasibilidad primera y su reposo metafísico final".
"NOLI ME TANGERE"
circa 1437-1446
Fresco - Museo San Marcos de Florencia
Fray Angélico (1395-1455)