"La Belleza supone contemplación, es decir, un estar en lo sacro. La misma palabra "contemplación" lo indica pues ésta signfica un inhabitar en la apertura de lo divino, es decir, un estar en la lumbre numénica. Que la Belleza suponga inteligibilidad es verdadero pero la misma debe entenderse, no como efecto de una relación para con un intelecto, si no como pura simplicidad metafísica. Todo lo simple es inteligible de allí, que la misma Belleza es pura inteligibilidad. Ahora bien, si todo lo inteligible posee realidad no queda más que afirmar que la Belleza es lo máximamente real, es decir, es Ser mismo. La Belleza no es entonces un trascendental predicable sino es el mismo Ser bajo la consideración de la Luz".
"Psique reanimada por el beso de Eros"
Museo del Louvre
Antonio Canova (1757-1822)
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